jueves, 14 de noviembre de 2013


Las ferias castellanas en el XVI. Principales ciudades


Las ferias castellanas de Villalón, Medina de Rioseco y la famosísima de Medina del Campo se situaban en el corazón de la economía de Castilla y del norte de España durante el siglo XVI. Diversos puntos de trueque, negocio e intercambio estaban establecidas en la Península desde la Edad Media. A estos puntos de negocio se les denominaba plazas de cambio. Estas ferias poseían una larga tradición medieval como ferias locales típicas y su posición geográfica en el noroeste de Castilla contribuyó en gran medida para su gran éxito. Pero no es hasta 1480 cuando adquieren, además, la categoría de ferias de pago de Castilla. Así desde finales del XV estas ferias combinaban las dos funciones, de cambio y de pago. Y sobre esta doble función se asentaría su espectacular expansión en el XVI.

Se desarrolló un sistema ferial en el cuál cada una de las tres poblaciones mencionadas tenía un papel bien definido. Se repartían estacionalmente de modo que el negocio iba moviéndose a lo largo del año de una ciudad a otra. Desde la feria prepascual de Villalón a la feria de mayo de Medina del Campo, y más tarde en agosto a en Medina de Rioseco, para pasar en octubre otra vez a Medina del Campo. Esta repartición del calendario funcionó sin problemas al menos desde 1520 hasta 1569.

La celebración de las ferias se fijaba de tal forma que coincidían perfectamente con las fechas de las ferias más importantes de Europa. Cada ciudad estaba especializada en ciertos productos. Villalón se convirtió en el centro de distribución del pescado del norte, debido a las fechas en las que se celebraba su feria mayor, justo antes de la Pascua coincidiendo con el período de abstinencia de la Cuaresma, en el cual había una gran demanda de pescado. Pero el gran negocio en las ferias eran las lanas y los paños, y la feria que dominaba estos productos era Medina del Campo. La mayoría de la lana que se comercializaba en Medina del Campo era de merino, es decir, de la mejor calidad, se destinaba a los mercados de Flandes, Francia e Italia, y se obtenían inmensos beneficios. Según Regina Grafe, Medina del Campo y las otras ferias no eran más que lugares de encuentro para los tratantes de lana, eran el lugar donde se negociaba y contrataba ya que la lana era costosa de transportar y no se llevaba a las ferias sino directamente desde los puntos de producción a los puertos de embarque. El segundo género en importancia era el paño, sobre todo el importado desde Francia, Flandes e Inglaterra. A partir de 1548 el comercio pañero queda libre de restricciones por lo que se hace muy importante.

Los pagos en efectivo en las ferias eran muy raros. Allí se establecía el compromiso de abonar las cantidades acordadas a través de letras de cambio en la feria siguiente, en otra de las ciudades participantes. Así se creó un enorme grado de interdependencia entre las distintas ferias, había grandes riesgos. Por ello, las ferias se convierten a partir de mediados del XVI en mercados de dinero. El capital abundó en las ferias castellanas durante su apogeo a partir de 1550. En particular, Medina del Campo fue convirtiéndose en el centro bancario del imperio.Este hecho pone de manifiesto que los mercaderes combinaban las transacciones monetarias con la importación de paños, la exportación de lana y otro tipo de inversiones.


GRAFE, R. Entre el mundo ibérico y el atlántico: comercio y especialización regional, 1550-1650, Diputación Foral de Vizcaya, Bilbao, 2001.

CASADO, H. Castilla y Europa: comercio y mercaderes en los siglos XIV, XV y XVI, Diputación Provincial de Burgos, Burgos, 1995. 

2 comentarios:

  1. Más que de "Mediana del Campo", hay que hablar de Medina del Campo

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    1. Menudo despiste, gracias por la corrección. Ya está corregido

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