Aunque nos hemos centrado en tratar de explicar de la forma
más simple algunas de las principales teorías de su principal obra, La gran transformación, podemos señalar
brevemente algunos de los puntos de su biografía. Llevó una vida para nada
estática, movido por las circunstancias, europeas y globales, de la primera
mitad del siglo XX. Nace en 1886 en la capital del Imperio Austrohúngaro,
Viena, en una familia donde la intelectualidad es la nota dominante, forma
parte de una organización estudiantil nacionalista húngara, en la Primera
Guerra Mundial actúa como oficial de caballería, huye del nazismo a Londres y
posteriormente para dar sus clases en Columbia tiene que residir en Toronto
pues su mujer al pertenecer de joven a una asociación comunista tiene vetado el
paso de la frontera estadounidense. Como vemos una vida en la que no solo es contemporáneo,
sino que siente en sus propias carnes directamente el fin de los imperios, el
auge de los totalitarismos y el inicio de la dinámica de los dos bloques.
La gran Transformación
(1944): Para Polanyi el punto central en la transformación capitalista de la
economía consiste en la conversión a mercancía de todos los factores de
producción (tierra, trabajo y dinero) y la mercantilización de las bases materiales
de subsistencia. La propia sociedad se incorpora a un mercado libre donde una
mano invisible guía de forma egoísta a cada sujeto hasta encontrar, sin desearlo,
el bien común. Este nuevo modelo supone un ataque frontal a las sociedades
tradicionales generándose contramovimientos, proyectos políticos que tratan de
reconstruir de las antiguas relaciones sociales, son el fascismo, el comunismo…
La economía de mercado y el estado-nación son entendidos, no
como elementos separados, sino como una creación paralela y conjunta: la
sociedad de mercado. El proceso se inicia en el siglo XV en Occidente donde las
relaciones de mercado van sustituyendo las relaciones económicas tradicionales –servidumbre,
trabajo comunal- alcanzando su plenitud en el XIX en Gran Bretaña con una nueva sociedad y con un nuevo Estado: el liberal. La base de
esta transformación es la sustitución de un sistema tradicional de trabajo
donde el propio trabajo era accesorio a la vida económica, por un mercado de
trabajo, donde la oferta y la demanda rige sin protección alguna destruyéndose
reglas sociales anteriores (tradición, caridad, relaciones gremiales…).
Para la expansión y su internacionalización el capitalismo
requiere de una disciplina monetaria, se procede a fijar el patrón oro en 1844.
Los mercados podrán autorregularse ahora, pero conlleva una reducción de los
salarios a lo largo del XIX, esta reducción del beneficio de los trabajadores
lleva un aumento del de los inversores capitalistas que necesitan de unos
estados que desarrollen un corpus legislativo favorable. Gran Bretaña se abre
al libre comercio y a la producción exterior en 1846 con las Corn Laws, esto lleva a la reducción de
precios y mantener una ilusión del poder adquisitivo de los trabajadores.
Vemos como el Estado moderno ha ido interrelacionado al
desarrollo de la economía de mercado, un Estado moderno fuerte requiere de una economía
competitiva y la economía capitalista requiere de un Estado fuerte para que la
ruptura social no sea traumática. El resultado es que, mientras estos dos
modelos triunfan (o este único modelo, depende de cómo lo queramos ver) implica
la destrucción del orden social básico.
Polanyi sostiene que el triunfo del capitalismo fue planeado
(laissez-faire was planned) y que el
proteccionismo social aparece como una reacción espontánea fruto de las
reminiscencias de la antigua sociedad frente a la dinámica ejercida por las
nuevas elites sociales y económicas. Frente a la mercantilización absoluta de
la sociedad el proteccionismo social aparece como la respuesta natural de un
mundo en vías de extinción.
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