Las indianas catalanas.
Durante el siglo XVII había aumentado en casi toda España el consumo de los tejidos de algodón, pero especialmente en Cataluña. Ya con las prohibiciones de
Felipe V desde 1728 de la importación de tejidos de seda y algodón junto con
las franquicias concedidas a quienes las fabricasen dentro de España se empezaron a establecer y desarrollar fábricas, sobre todo el Cataluña. Tras
varios intentos fallidos, un decreto de 1728 prohibirá la entrada de tejidos
tanto de la india como de Holanda, que solía hacer de intermediaria, sin
embargo no prohibía la entrada del hilo para fabricarlos, pensando en el
desarrollo de estas nuevas industrias catalanas.
Las industrias catalanas, al ser
una actividad nueva no estarán sujetas a las reglamentaciones gremiales, y en
un primer momento basaron su actividad en la importación de telas blancas que
luego eran estampadas, o tejidas en Barcelona con hilo principalmente
procedente de Malta. La primera fábrica de indianas bien documentada será de
Jacinto Esteve y Cía. Establecida en Barcelona en 1736.
Este tipo de fábricas de indianas
se establecieron principalmente en Barcelona, aunque no únicamente y su número
aumentó bastante a lo largo del siglo XVIII llegando a haber unas 113 fábricas
en torno al año 1786 y ocupando a más de 8.600 personas, era también bastante
corriente la contratación de técnicos extranjeros para la participación en el
proceso de estampación. Se cree que este crecimiento se dio en parte por la
acumulación de conocimientos técnicos y también en parte porque el aumento de
población y una modificación del gusto y la moda ampliaron mucho el mercado de
estas indianas. Además, a partir de 1765 y 1778 e mercado de las indianas
catalanas se abrió también a América, aunque estos mercados coloniales tuvieron
una importancia menor que el mercado español.
La legislación ilustrada volvió a
permitir en 1742 la importación de indianas del extranjero pero los fabricantes
catalanes mostraron su descontento y en el año 1743 se renovó la prohibición.
Con la llegada al Carlos III se promovió una mayor libertad económica y en 1760
se volvió derogar la prohibición de importar artículos de algodón si bien se le
impuso un fuerte arancel durante un período de 10 años, pero la industria
catalana ya era por entonces lo suficientemente fuerte como para mantenerse
sólo con esta protección arancelaria.
Aunque las industria de las
indianas no estaba sujeta a reglamentaciones gremiales sí que tuvo problemas
con algunos gremios que reclamaban el privilegio de ciertas partes de la
producción, tras esto, la Junta de
Comercio de Barcelona, en 1765, decidió que
aunque no tuvieran un gremio como tal debían disponer de una reglamentación que
quedara explicitada en unas ordenanzas.
Con las cifras dadas es fácil entender
que en la dos últimas décadas del siglo XVIII el mercado estuviese saturado y
gran parte de las fábricas hubieran tocado techo, en esta época se vivirá una
transformación de la industria que pasará por la creación de fábricas de
hilados que ahorraban a las otra fábricas el paso de la importación de materias
primas extranjera y constituía además un ahorro en los costes de producción.
Se introdujeron además por esta
época importantes innovaciones técnicas, como las máquinas de hilar tipo Jenny, inventadas por Hargreaves, que
permitían hilar a una sola persona con muy poco esfuerzo, la primera de estas
máquinas llegará a Barcelona en 1785.
Maquina 'Spinning Jenny' de hilar, inventada en 1764 por James Hargreaves.
En España fue conocida como 'Juanita la hilandera'.
Bibliografía consultada:
ARDIT LUCAS, Manuel; ‘El siglo de las luces. Economía’ en Historia de España 3er milenio (vol.
14), Madrid, Síntesis, 2007.
Lorena Martínez Fernández
Estimada Lorena:
ResponderEliminarHay que corregir el primer párrafo ya que mezcla Felipe II, el siglo XVII y fechas del siglo XVIII. Por favor, haz las correcciones oportunas y notifícamelo.
Saludos,
Creo que ya esta corregido, siento la tardanza.
EliminarUn saludo.
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