domingo, 17 de noviembre de 2013

GRUPO 5. LECTURA: LA ECONOMÍA ESPAÑOLA DE LOS SIGLOS XVI Y XVII pp. 1-11

GRUPO 5
LECTURA: LA ECONOMÍA ESPAÑOLA DE LOS SIGLOS XVI Y XVII pp. 1-11

El autor comienza señalando la importancia de la revalorización de la tierra como factor de producción en los cambios en la vida económica que se producen en este periodo. Entre la segunda mitad del XV hasta finales del XVI asistimos a una fase de crecimiento económico que el autor insiste en dividir en dos etapas diferenciadas:
·         Últimos años del XV- más de mediado el siglo XVI: caracterizada por los descubrimientos y el consiguiente comercio que se establece especialmente de metales preciosos.
·         Últimas décadas del XVI- siglo XVII: Progresivo cierre del mercado americano y autoabastecimiento
Hay que tener en cuenta también la pluralidad y diversidad del ámbito de la Monarquía Hispánica por los cuales se producen contrastes en las transformaciones económicas dependiendo del territorio siendo los reinos que componen Castilla los de más peso en este periodo.

Las transformaciones producidas siguen dejando ver rasgos estructurales básicos como el contraste entre la España húmeda y la España seca.
Desde mitad del XV e inicios del XVI el mapa de cultivos se transforma rápidamente. Primero se ponen en funcionamiento tierras buenas abandonadas durante la crisis bajomedieval. Después  se roturarán también las tierras de carácter más marginal. Según el autor el crecimiento de la producción es real pese a la dificultad de su cuantificación. El responsable del crecimiento no sería el desarrollo técnico sino el crecimiento del área cultivada y el aumento de la mano de obra.
La propiedad de esta tierra corresponde casi por completo a la nobleza y el clero mientras que la propiedad del campesino era muy reducida. Existían también una serie de terrenos colectivos. Las relaciones de producción entre los propietarios de los medios de producción y quienes trabajan la tierra se producen sobre todo en forma de arrendamientos por lo que la tierra se convertirá en una fuerte de especulación.
El sistema de cultivo utilizado es el bienal basado en la rotación entre cultivo y barbecho. Destaca sobre todo el cultivo de cereal y el crecimiento de la viticultura.
Se produjeron rivalidades por el choche de intereses entre agricultura y ganadería y la Corona tendrá que mediar.
Desde la década de 1570 se perciben cambios en la coyuntura económica: la producción se estanca y en muchos lugares desciende. Las razones pueden ser la incidencia cada vez mayor de los rendimientos decrecientes conforme se reducían al cultivo tierras más marginales, alza de la renta, creciente presión fiscal etc.
La expansión agraria hará posible  el crecimiento de las ciudades y el aumento en estas de actividades de carácter secundario y terciario.

La producción artesanal estaba orientada, como toda la economía, a la satisfacción de las necesidades habituales. El auge de esta actividad como el resto, se inicia a comienzos del XVI y finaliza a últimos del XVI al no poder abarcar toda la demanda. El crecimiento estaría marcado por el proteccionismo. La Monarquía intentaría hacerse menos dependiente del extranjero.
En el siglo XVI se va a conceder mucha importancia al comercio como elemento fundamental de una economía desarrollada. Este va a aumentar en gran medida en relación con la mejora de los transportes y las comunicaciones, protección de rutas. Son de señalar tanto los intercambios exteriores como las rutas a América como los intercambios interiores como las ferias de Castilla. Al igual que las otras actividades, el comercio se estanca y decae desde 1570.
El comercio atiende sobre todo a lanas y granos, otra prueba de comercio dentro de un ámbito agrario. Según el autor gracias a estos productos se logra la formación y acumulación de capital en manos del grupo social de los propietarios.

Rafael Jiménez Pinuaga
Víctor Nebreda de Pedro-Juan
Daniel Almería Lapeña
Ramón Carballal
Carmen Martínez Peris


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