EL
CAMPO INGLÉS EN EL SIGLO XVI
A lo largo del siglo XVI tiene lugar
en Gran Bretaña la confirmación de un proceso que, continuado y a largo plazo,
tendrá importantes consecuencias en la consolidación del poder británico en
relación a su industrialización. Se trata de un giro –cuando no una revolución-
del campo británico hacia la propiedad privada y la rentabilización de la
producción agraria, identificado con el fenómeno del enclosing y del engrossing.
Ambas prácticas están en relación con varias posibles causas paralelas, que
actúan conjuntamente para favorecer una serie de cambios que más adelante se
detallarán.
En la raíz del fenómeno del
cercamiento (y, en una cadena lógica y más o menos lineal, cercamiento es igual a propiedad
privada y a incremento del rendimiento por encima del interés
general) podría estar, por un lado, el descenso del mercado del cereal por su
extraordinaria subida de precios entre los siglos XV y XVI; por otro, y como
consecuencia de lo anterior, el mayor interés suscitado por el uso pecuario de
la tierra, así como de los cultivos para uso industrial. De alguna manera,
existe un descenso del uso estrictamente alimentario de la tierra, así como un aumento del interés personal de
determinados individuos que acceden a la propiedad (o que transforman la que ya
tienen) en el lucro, contribuyendo como factores para la aparición de
explotaciones destinadas a la maximización de beneficios.
En otro orden de cosas, pero también
ayudando a la construcción de un nuevo perfil social de campesinos
terratenientes, interesados en la propiedad privada y el enriquecimiento a
partir de lo que se ha llamado “agricultura científica”, está el proceso de la
ruptura religiosa con Roma. Entre los años 1536 y 1539, la escisión británica amparada
por la monarquía Tudor contribuyó a la puesta en venta de bienes eclesiásticos
y monacales y la activación del mercado de tierras. Como consecuencia, aumentó
el número de propietarios medios, siempre dispuestos a rentabilizar su
desembolso, así como un importante número de adeptos a la Reforma.
Una nueva mentalidad se estaba
abriendo paso como consecuencia del aumento explosivo del ganado estante,
sustituto empresarial de la agricultura tradicional y comunal, que de hecho
contribuyó, además, al enorme aumento del uso de abono orgánico. Hay que rastrear,
además, otro impulso del cambio en la notable llegada de inmigrantes
provenientes de Países Bajos, en relación con los cuales está la introducción
de nuevas formas de cultivo que darían como resultado ciclos rotativos de hasta seis fases. Un hito tuvo
lugar, en este sentido, en 1565 en Norwich con la introducción del nabo en las
rotaciones tradicionales.
Esta mentalidad, más empresarial que
tradicional, más individual que comunal, estaba, como no puede ser de otra
manera, intrínsecamente relacionada con el proceso paralelo de cercamiento y, por traducirlo de alguna
forma, acoplamiento. El cercamiento
nació del interés de determinados individuos por poseer parcelas propias para fines
lucrativos, lo que llevaría en muchos casos a la puesta en práctica de técnicas
novedosas, maquinaria moderna y, en definitiva, a la maximización de la
producción. El engrossing, que
traduzco por acoplamiento (no por engrosamiento, que tiene un matiz únicamente
cuantitativo) era una tendencia consistente en la compra o intercambio de
parcelas destinada a la consecución de una sola y gran unidad agrícola o
ganadera, evitando la pérdida de rendimiento en los desplazamientos entre
unidades diseminadas y favoreciendo el abaratamiento de los costes del
cercamiento. El proceso principal, el de cercamiento, tuvo su propia legislación a partir de 1604,
revisada posteriormente, en sucesivas Enclosure
Acts.
Todo
este movimiento de tierras y cambio de manos propietarias tuvo dos direcciones:
por un lado, un traspaso de bienes comunales a bienes privados; por otro, un
cambio de agricultura alimentaria por agricultura empresaria. Por supuesto,
estas transformaciones imprimieron nuevas características en la sociedad
inglesa, en la que comenzaron a aparecer nuevos agentes de cambio (nuevos
propietarios) y numerosos problemas derivados del empobrecimiento de los
campesinos. En este sentido, fue notable el aumento de la miseria en las zonas
agrarias en las que se había impuesto la ganadería, dado que la misma requiere
una mano de obra mucho menor a la necesaria para los cultivos. Muchos antiguos
trabajadores del campo quedaron desposeídos de tierras, compradas o arrebatadas
de los complejos comunales. Especialmente grave fue el problema del
despoblamiento rural en muchas zonas, a raíz de los movimientos migratorios que
provocaron los cambios en la tenencia de la tierra. El hambre no tardó en
llegar, en parte abandonada la producción alimentaria necesaria para el abasto
nacional. Los movimientos sociales se dejaron notar en protestas como la
Peregrinación de la Gracia (1536) o la Rebelión de Kett (1549).
Desde el punto de vista sociológico,
destaca la aparición de nuevos elementos dinamizadores de la economía en el
sector agropecuario. Se trata de propietarios de medianas extensiones de tierra,
dedicadas a la explotación empresarial, adquiridas a menudo a raíz de la venta
de bienes eclesiásticos y, bajo otro punto de vista, de la “usurpación” de
propiedades comunales. Son los llamados yeomen
y, ya por encima, la gentry
caracterizada como geomantry. De los yeomen, salvando la pluralidad de casos
que encierran siempre estas categorías, podemos decir que son campesinos
enriquecidos, plebeyos que encuentran en la riqueza material un medio de ascenso
social. Su dinero viene de la comercialización de su producción o, en muchos
casos, del arrendamiento de sus propiedades, tiránico debido a la inflación de
las rentas. En cierta medida, cuando arrendaban las propiedades que habían
adquirido éstas no eran sino las propias que habían usurpado a las comunidades
campesinas. Los antiguos propietarios comunales que labraban sus tierras en un
ejercicio de subsistencia se convertían ahora en jornaleros o arrendatarios,
pero seguían trabajando en las mismas parcelas. Yeomen y geomantry
desarrollarán prácticas que algunos han llamado protocapitalistas o
capitalistas. Se ha visto en ellos el germen de la industrialización y de la
mentalidad empresarial, recurriendo para la explicación de su aparición en el
panorama agrario inglés a explicaciones de diverso tipo y a las que hemos hecho
referencia en las clases teóricas.
BIBLIOGRAFÍA:
ALVAR
EZQUERRA, A., La Economía europea en el
siglo XVI, Madrid, Síntesis, 1991.
PLA
ALBEROLA, P. J., “Crecimiento demográfico y expansión económica”, en FLORISTÁN
IMÍZCOZ, A. (coord.), Historia Moderna
Universal, Madrid, Ariel, 2012, pp. 257-261.
AUTOR: Lucas Canteras Zubieta
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