miércoles, 30 de octubre de 2013

Vida y obra de Alberto Struzzi

Alberto Struzzi nace en Parma entre la década de 1550 o 15601. En 1586 volvemos a tener noticias suyas dentro de la corte de Alejandro Farnesio, donde sirve en calidad de 'Gentilhomme de la Garderobe'. Su relación con Bruselas y el entorno flamenco fue muy grande. Su buena situación dentro de la aristocracia de Flandes le llevará a recalar en Madrid el 12 de septiembre de 1614, con la intención de obtener información de los planes que Felipe III tenía para con el territorio centro-europeo y con la situación en Italia. Su partida de Bruselas y su llegada a Madrid supuso un retiro forzoso pero bien pagado, una estancia prolongada durante 24 años, terminando finalmente por morir en la capital castellana en 1638.

A pesar de que no dejó constancia escrita de sus impresiones personales sobre la ciudad y la vida aquí desarrollada, lo cierto es que la mayor parte de su producción intelectual como economista fue escrita en el último periodo de su vida en España. Struzzi es ante todo un arbitrista, que más que buscar los favores del monarca de turno, pretende comprender y mejorar los sistemas económicos de todos los sitios que visita. Su producción intelectual se divide en bastantes temas, destacando:

a)Memoriales políticos: escrito en 1624, se centra en proveer de dinero y hombres al ejército apostado en Flandes, con un moderno sistema de reparto de riquezas que todas las regiones de la corona hispana debían aportar para la causa.

b)Memoriales demográficos: interés en el aumento de la población y su relación con actividades industriales o secundarias.

c)Memoriales económicos: divididos a su vez en varios focos de estudio, como moneda2, bancas y finanzas3, hacienda4 o industria5. En todos ellos quedará patente su visión económica antimercantilista, criticando todas las medidas que constriñan la economía libre y la facilidad de comerciar entre los distintos sectores económicos europeos.

Alberto Struzzi enmarca dos figuras fundamentales en su ser. Por un lado, tenemos al hábil posición como delegado belga, que responde a unos intereses en manos de sus superiores. Por otro lado, y quizás el más interesante, la sinceridad de sus opiniones y puntos de de vista personales que impregnan gran parte de su producción intelectual. En una época donde el mercantilismo se postula como dogma indiscutible, Struzzi comprende que el mercado no necesita regulaciones nacionales para funcionar, simplemente estímulos y acuerdos entre todos los estados monárquicos6. Su marcado pacifismo le llevará a criticar acciones de gasto en armamento, contraviniendo en ocasiones a Olivares en España. Es, en definitiva, un hombre adelantado a su tiempo.



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1Struzzi nunca declaró su verdadera edad, pero gracias a una carta escrita a su amigo Charles Le Mesureur en 1636 le comenta ''mon âge, qui est gran'' presuponiendo que tenía ochenta años.
2Pretendió ajustar el valor intrínseco de las distintas piezas de oro y plata que circulaban por los territorios hispanos, especialmente las divisas flamencas y castellanas para mantener un comercio más estable. 
3Deseó implantar montes de piedad a imitación de los que existían en Flandes. La propuesta la remite Felipe IV al conde-duque de Olivares, aprobando el proyecto en 1625 y creándose en primer monte de piedad. Struzzi no pretendía que la institución tuviera fines sociales, sino que la población pueda obtener dinero más barato que si lo pidiera a particulares, facilitando así la inversión productiva. 
4Quiso traer a Castilla el modelo de impuestos que existía en algunas zonas de Flandes o de Alemania, donde se cobraba a todas los súbditos una mínima porción por sus bienes raíces o por el trigo, entre otros. La medida no prosperó. 
5Potenciar la industria real, tanto minera como de tejidos y mantener relaciones comerciales con el resto de grandes puertos europeos. 
6M. A. ECHEVARRÍA BACIGALUPE, Alberto Struzzi. Un precursor barroco del capitalismo liberal. Avisos de Flandes 4, Leuven University Press, Leuven (Bélgica), 1995. P. 85 y ss.

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