miércoles, 30 de octubre de 2013

Tareas Semanales (29 de octubre, 2013), Grupo 2

Lectura del capítulo ''El pensamiento económico de los escolásticos'', en L. Perdices de Blas (ed.), Historia del Pensamiento Económico..., 27-37

Introducción

El capítulo se centra en el estudio de la inflación castellana a partir de la década de 1520, causado por la llevada masiva de metales preciosos de las Américas. Las respuestas dadas en un principio por escolásticos carecían de rigor económico y científico, alegando culpas moralistas a la subida de precios de consumo. No fue hasta mediados del siglo XVI cuando, desde la llamada Escuela de Salamanca, una serie de estudiosos eruditos se propongan interpretar los fenómenos económicos desde una óptica diferente. Finalmente, se cuestiona la importancia que pudo tener la obra de estos autores para la posteridad. 

Resumen del capítulo

El fenómeno de la inflación no se había producido en Europa desde época romana. A lo largo de la Edad Media la falta de metales en el territorio europeo había provocado una bajada de precios más o menos continua que se verá salpicada en breves intervalos con la llegada de ciertas cantidades de oro y plata desde Oriente. Tras la caída de Constantinopla por los Otomanos en el año 1453 el flujo y comercio con materiales provenientes de la otra parte del Mediterráneo se vio clausurada. 

La llegada a América en 1492 no supuso el envío masivo de materiales preciosos a Europa de forma inmediata. Tendremos que esperar a las décadas de 1520 y 1530 para notar los resultados que la llegada de metales (especialmente plata) causó en la economía castellana en un principio, y europea después. Así, de forma paulatina, el nivel de precios aumentó considerablemente en una década, hecho que nadie en un primer momento supo explicar. 

Los primeros tratados que mencionan sucintamente el fenómeno de la inflación no son esencialmente económicos, sino que se hayan integrados dentro de grandes obras teológico-filosóficas, donde se critica duramente a los mercaderes y a sus prácticas ilícitas de comercio como los principales culpables de la subida del precio de los productos de consumo. La licitud o no del cambio y la usura seguirán siendo los grandes temas tratados hasta la década de 1540.

No será hasta la aparición de la obra de Domingo de Soto  De Iustitia Et Iure en 1553 cuando se empiecen a dar unas respuestas realistas al problema tratado. El profesor, escritor y teólogo Domingo de Soto estuvo estrechamente vinculado con la llamada Escuela de Salamanca, siendo un grupo de reformadores eruditos vinculados al Renacimiento y a la obra de Francisco de Vitoria. Por primera vez, De Soto menciona la masiva llegada de divisas de América como la principal causa de la subida de precios generalizada que se estaba dando en los mercados y plazas castellanas de mediados del quinientos. Unos años después, en 1556, Martin de Azpilcueta tratará el tema desde la misma óptica. 

Se puede decir que a partir de estos dos autores, se generaliza el estudio económico y de los factores comerciales castellanos desde una visión moderna. Su influencia se debate hoy día, puesto que autores como Luis de Molina, Jean Bodin o Bernando Davanzati seguirán de forma más o menos directa las interpretaciones económicas de De Soto. 

El otro tema que se debatirá tendrá que ver con la mendicidad y su aprobación o no. La mayoría de los autores escolásticos entendían que había dos clases de mendigos: por un lado, los que habían padecido cualquier tipo de infortunio como amputación de miembros o alguna falta física provocado por las guerras o la desgracia de la fortuna; mientras que los otros, el resto, no eran considerados más que como simples holgazanes que no desean buscar trabajo. En efecto, como señala Perdices de Blas, en la mentalidad de la época no se concebía que pudieran existir desempleados o gente que no pudiera tener un puesto de trabajo, achacando el problema a la propia condición del hombre y a su decisión o no de trabajar. 

Nuevamente, será con Domingo de Soto cuando veremos un cambio en la mentalidad, pues defenderá no sólo el derecho a mendigar tanto de unos como de otros, sino la práctica obligación de asistirles con limosnas por todos los cristianos. 

A finales del siglo XVI, con la paulatina desintegración de la unidad religiosa europea tras la Reforma Protestante, la Escuela de Salamanca irá perdiendo prestigio. La aparición de los arbitristas no significa una derivación de los los unos a los otros, sino que el centro de producción intelectual de economía española pasa de encontrarse en las universidades, como la salmantina, a disgregarse fuera de las mismas, en manos de individuos que buscan el amparo y protección del monarca. 

Jaime Arias Jiménez 
Lorena Martínez Fernández 
Alberto García



Antonio Sanz Egea 

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