sábado, 12 de octubre de 2013

La moneda en la Italia de Carlos V

            El otro día decidí pasarme por La Casa de la Moneda a ver las exposiciones (sí, ya sé que ahora hay que ir al Prado, pero que queréis que os diga, yo soy así), y mirando las maravillosas monedas italianas de la época del emperador, decidí compartir con vosotros lo que indagué acerca de esta poco convencional manera de estudiar la pugna Habsburgo-Valois, esto es, en su vertiente económica y propagandística.
A la derecha, Carlos V en la batalla de Mülhberg de Tiziano; a la izquierda, Francisco I de Francia, de Cloutet


            Las monedas acuñadas en Italia difieren en sus características de las del resto del Imperio. Se resume en la diversidad de temas representados y en la belleza de su tratamiento, que unido a la habitual carencia de marca de valor, han motivado que se hayan confundido frecuentemente con medallas. El trabajo de escultores como Leon y Pompeyo Leoni, Jacopo de Trezzo y Giampaolo Poggini entre otros,  al servicio de la monarquía española, hizo posible la realización de buenos retratos que constituyeron la imagen oficial de los monarcas.
            Dentro de la variedad de las acuñaciones italianas de principios de la Edad Moderna, debemos subrayar que en Milán, Francisco Sforza fue el primero que hizo grabar su retrato en las monedas, en 1462, sobre ducados de oro que reemplazaban a los ambrosini y florines, denominados también testones, extendiéndose desde aquí el nombre a todas las monedas en donde la cabeza (testa) de perfil apareció como tipo esencial de los anversos, reanudando la tradición del Imperio romano; su sistema en la plata comprendió la lira (3,57 grs.), el grosso (2,64 grs.), el soldo (1,53 grs.), el sesino (1,30 grs.), la trillina (1,20 grs.) y el denaro, pudiendo servir como modelo de una extensa gama monetaria que cubriese todos los tipos de pago. Con Luis XIII de Francia, se emitieron ducatones y se introdujeron tipos franceses. Acentuados en tiempos de Francisco I (1494-1547) y el escudo del Sol.
            Encuadrado en la Pugna Habsburgo-Valois, el emperador tomó la iniciativa en 1521, expulsando de Milán a los franceses. Tras una serie de victorias imperiales, en 1524 parece que las tornas cambian a favor de Francisco I, que consigue derrotar a las tropas imperiales en Milán. No obstante, la fortuna duró bien poco, pues sólo un año más tarde, en la batalla de Pavía, Francisco I será derrotado. No será hasta 1535 cuando Milán se anexione a los territorios de la monarquía hispánica. El mismo, debido a un desbarajuste del oro castellano, que iba a parar a las arcas de Francisco I. En el marco anteriormente citado, debemos tener en cuenta el enorme prestigio de la moneda emitida por los RRCC, el Excelente de la Granda, que no se desmonetizó hasta mucho después de 1535 (en 1543). Por ello, no es de extrañar que el propio Carlos V no quisiese modificar de modo alguno dicha moneda. No obstante, en 1535, la situación ha cambiado, la guerra económica con Francia vaciaba las arcas de Carlos V en favor de las de Francisco I, siguiendo la ley de Gresham. Además, la moneda castellana se refundía en escudos franceses, generalizándose y llegando a prevalecer en ocasiones sobre el ducado. El emperador entonces decide emitir una moneda nueva, el escudo, utilizando como modelo la moneda francesa y veneciana, de menor ley (22 quilates).
            El Museo Casa de la Moneda posee un ¼ de Ducatón de Milán. En la leyenda se aprecia <<HISPANIARVM*REGES*SICILIAE>>. En el marco de la guerra contra Francisco I, no es raro encontrar dicha titulación, que no fue usada por los RRCC, como defensa, por un lado, de la unidad de la monarquía hispánica frente a las pretensiones francesas en Navarra (Hispaniarum Rex); por otro lado, defensor de los derechos que había heredado el emperador de la política mediterránea de la corona de Aragón (Sicilia). En el reverso, se incluyen además las armas de Sicilia y las cadenas de Navarra integradas en el escudo heráldico, que es el mismo que el de los RRCC. Además, el emperador acaba simbólicamente con las pretensiones de Francisco I en Nápoles. Como vemos, una defensa de su herencia materna (en ningún momento se menciona el Imperio).

Nápoles emitió como parte de la corona española, con las alternativas de ocupación francesa y la emisión de piezas de plata de la talla del thaler en 1528, durante el sitio. Las monedas u tipos fueron los propios del reino, con algunas modificaciones; la unidad de oro fue el escudo (scudo riccio) de 3,40 gr., impuesto por Carlos I en 1538, al que se añadió la dobla de 13,50 gr., y en plata el carlino o grosso de 3,58 gr. y un décimo del escudo, además del testón o tari de dos carlinos y la cinquina con las columnas de Hércules como tipo y piezas menores, con muy buenos retratos, que no aparecen en la moneda española.

De Messina (Sicilia), mencionar que Francia jamás renunció a sus posesiones en el sur de Italia (en 1698, Nápoles y Sicilia pasaron al dominio francés, y siempre habían sido solicitadas en la diplomacia francesa). Por ello, nuevamente se relaciona la emisión de moneda en Sicilia en el marco de la guerra contra Francisco I. Sus características no difieren con las de la moneda milanesa. Un apunte: tras las campañas tunecinas, el emperador realizó un viaje propagandístico entre 1535-36 por los reinos de Sicilia y Nápoles, en lo que es una de sus más importantes campañas de idea imperial. La principal atracción en Messina fueron los suntuosos carros que precedían al séquito imperial en su marcha hacia la catedral. En Nápoles la entrada fue incluso más peculiar, con el levantamiento de estatuas de gran tamaño que trazaban paralelismos con los grandes emperadores romanos que estuvieron destinados en África, como Escipión el africano.

            
Porta Nuova en Sicilia. Esta obra del siglo XV fue remodelada al estilo manierista para conmemorar la entrada del emperador tras su triunfo contra los turcos en 1535
Bibliografía
Libros
1.- A. BELTRÁN, Introducción a la Numismática Universal, Madrid, ed. ISTMO, 1987.
2.- KOEHLER, Carlos V: una biografía, Madrid, ed. Marcial Pons, 2000.
3.- C. EAGLETON et. al., Historia del Dinero, Barcelona, ed. Paidós, 2009.
4.-  J. LYNCH, Los Austrias (1516-1598), Barcelona, ed. Crítica, 1991.
5.- J.M COEHLO DE PAULA, Diccionario Universal de Monedas, Vigo, edición del autor, 2000.
6.- R. CARANDE, Carlos V y sus banqueros, Barcelona, ed. Crítica, 2000.
Revistas
1.- J.M. FRANCISCO DE OLMOS, <<El uso de la tipología monetaria como arma de propaganda en la lucha entre Carlos I y Francisco I>>, Revista General de Información y Documentación, vol. 7 nº 1 (1997).

1 comentario:

  1. La moneda es uno de los campos de estudio más apasionantes y más complejos dentro de la Historia Económica, como tendremos ocasión de ver a lo largo de la asignatura. Muy bien, Francisco, por la iniciativa de salir a buscar información por iniciativa propia.

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