El artículo de Hilario Casado
Alonso hace un repaso conciso a la historiografía española sobre Historia Económica
en la Edad Moderna. Para empezar el autor destaca la importancia de la historia
económica hispana a finales de la Edad
Media e inicios de la Moderna.
Tras la Dictadura Franquista, en
el último tercio del siglo XX se produce un cambio radical, con la apertura y
renovación del estudio sobre economía, aumentando notablemente la producción y
preocupación sobre el tema: apertura de archivos, acceso a fuentes, publicaciones,
revistas, instituciones, asociaciones y conferencias, como la celebrada en
Santiago en 1973, hará que la historiografía española, en palabras de J.
Elliot, se pusiera a todo, a la altura
de la producción desarrollada en otros países. Es una auténtica edad de oro. Sin
embargo, Casado Alonso no se deja llevar por la euforia, marcando algunos
puntos negativos: el hecho de que las obras se escriban en castellano, tardando
mucho en traducirlas al inglés con la repercusión que este hecho tiene; así
como que estos estudios realizados en el siglo XX trasladen el contexto de este
siglo a sociedades pre industriales.
A continuación cita algunas de las
principales líneas de investigación, marcando también los temas más
desarrollados así como los que presentan
mayores lagunas:
o
Asociación Española de Demografía Histórica.
Estudios sobre la población, basada en censos, recuentos, vecinos, registros
etc. Buen conocimiento de la segunda mitad del s.XVI. Sin embargo, pocos estudios
sobre la familia y el papel de la mujer.
o
Historia rural, al hilo de la escuela francesa.
Mayor conocimiento del siglo s.XVIII. Fuentes:
Protocolos notariales, documentos legales etc. Estudian la propiedad tierra:
iglesia, nobleza etc., así como la agricultura, precios, ganadería. Ausencia de estudios sobre ecología y medio
ambiente.
o
Poca atención al sector secundario. Estudios
incluidos dentro de la historia urbana. Atención mayor al sector textil o al
metal. Poca atención a la evolución de los trabajadores de los gremios, así
como a la técnica y la ciencia.
o
Historia marítima aceptable.
o
Comercio, mundo mercantil. Gran conocimiento, influencia notable de Braudel . El comercio americano eclipsa al resto. Gran conocimiento
del mercado exterior, algo menos en el siglo XVII, en el que hay lagunas. Comercio
interior menos conocido, excepto ferias y mercados. Estudios regionales y de
contacto interior- exterior.
o
Tasas, finanzas, crédito público, impuestos,
fisco local o real. Gran conocimiento.
o
Historia económica. Dos grandes focos: doctrinas de la Escuela de Salamanca del s. XVI y la Ilustración XVIII. Desnivelado el resto. Estudios
con el pensamiento del profesor Quintana de finales del s.XX.
A comienzos del siglo XXI se rompe
esta buena racha, con la paralización de los trabajos. Hay pocos congresos
sobre el tema, declive evidente de las publicaciones (la revista Hispania pasa
de dedicar a economía el 40% de sus hojas en los años 70 al 18% a inicios del
s.XX). panorama desolador, peso decreciente con dos razones principales: el cambio
generacional de los investigadores y el triunfo de la época contemporánea, que
centra los estudios.
Sin embargo, parece verse la luz
al final del túnel. Panorama incierto, pero con futuro, sobre todo a raíz de la
crisis económica, que reaviva los debates y el interés sobre la economía: se
mira al pasado para entender el presente. Junto a esto, aplicación de nuevos métodos
de cuantificación en el estudio, que permiten hacer comparaciones a gran
escala. El objetivo prioritario es reivindicar el peso de la economía hispana,
sobre todo en época imperial, frenando el anglocentrismo y el peso de la Europa
central.
Como conclusión, es preciso
remarcar la existencia de muchos campos de estudio nuevos o que tienen que ser
revisados, y que nos hablan de una rama de la historia activa y con
perspectivas. Además, en indudable el dinamismo que en los últimos tiempos ha
aportado internet y las nuevas tecnologías en la difusión y el acceso a los
conocimientos.
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