La Fuerza de Trabajo Femenina en Inglaterra en el S.XVIII.
La implantación del sistema doméstico supuso en muchas
ocasiones un impulso a la economía familiar, aunque estuviera claramente
infrarremunerado, otorgando a las familias lo básico para poder subsistir, y
siendo el diferencial entre subsistencia y hambre. En casos concretos, estos
ingresos sí que permitían un desahogo mayor a familias concretas, que pudieron
ver satisfechas ciertas comodidades.
Ahora bien, ¿quiénes eran los encargados de aportar estos
ingresos extras? La respuesta, como bien sabemos todos, es las mujeres (y
también los niños, pero en menor medida). El primer desarrollo social producido
por el sistema doméstico fue la división del trabajo. El hombre tendría un
mayor protagonismo en las labores agrícolas, mientras que la mujer, a parte de
realizar las tareas domésticas, aportaba ingresos en la economía familiar, ya
fuera en forma de aportaciones monetarias como en productos.
Estos productos son, en la inmensa mayoría de los casos,
textiles. Esto va produciendo una protoindustrialización en el seno de los
hogares. Pero como bien hemos comentado anteriormente, la producción doméstica
no conllevaba ingresos proporcionados a la fuerza de trabajo. Por tanto,
¿quiénes eran los mayores beneficiarios de esta producción? Los mercaderes
manufactureros, fueron los vieron en estas labores beneficios adicionales,
siendo el hilado es el prototipo de trabajo femenino doméstico.
Puede que llegado el siglo XVIII, esta labor femenina en
trabajos protoindustriales no fuera una novedad, pero sí es en este siglo
cuando se produce la expansión de este trabajo doméstico, y no solo en zonas
urbanas. En el mundo rural, pese a la participación de la mujer en labores
agrícolas, donde las familias debían cumplir con los cupos de producción
establecidos por los señores, también se lleva a cabo una expansión del trabajo
doméstico. Los señores no ven con malos ojos el que mujeres y niños realizaran
trabajos domésticos, ya que de esta forma el trabajo masculino quedaba anclado
al trabajo de la tierra, por lo que de esta forma, los señores veían como el
trabajo masculino se restringía, cumpliéndose así una de sus preocupaciones.
Interesante aportación.
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