domingo, 1 de diciembre de 2013

La economía coreana sometida a Japón

Para seguir con la tónica asiática, ya que la historia económica en Asia es muy importante, hoy voy a hablar sobre la economía de Corea sometida al dominio japonés desde principios del siglo XX hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, que, aunque no sea de la Edad Moderna, es un aspecto muy importante y que tiene antecedentes en la Edad Moderna.

Corea, a lo largo de la historia, no ha logrado ser independiente en la mayor parte del tiempo. En la Edad Moderna, Corea luchó contra la invasión japonesa de Hideyoshi a finales del siglo XVI, rechazándola en gran parte gracias al almirante Yi-Sun-Shi y sus barcos tortuga, pero no tardará mucho en estar sometida al dominio imperial chino, hasta inicios del siglo XX cuando tenga que cedérsela a Japón, que la convertirá en un protectorado y a partir de 1937 hará un dominio mucho más feroz y represivo. Durante la Edad Moderna, la economía coreana tuvo que plegarse a las demandas de China, y con el dominio japonés, pasará lo mismo.

Como afirma la profesora Julia Moreno García, Corea se convertirá en un mercado de productos japoneses. Corea pasará a ser conocida como el granero del imperio japonés, teniendo que satisfacer las enormes demandas alimenticias e industriales de Japón. El alimento que Corea exportó en mayor número será el arroz, un producto esencial en la dieta asiática, y que en Japón no será una excepción y que en esos momentos había una escasez notable en Japón que provocó inestabilidad y protestas. Para ello, Japón realizó una serie de medidas para aumentar la exportación del arroz hasta cinco millones, pero, aunque no se pudo llegar a esa cifra, aumentó notablemente la exportación de arroz, causando ahora escasez en Corea y se tuvo que traer otros alimentos para poder paliar la escasez de arroz como el sorgo, mijo y soja desde Manchuria[1]. Pero, como ya se ha mencionado, Corea no será solo el granero de Japón, sino que también se convirtió en la principal receptora de productos japoneses, entre otros alcohol, tabaco, indumentaria y maquinaria industrial y la exportación coreana hacia Japón se basaba en el arroz, materias primas y algunos productos manufacturados[2].

La economía coreana también se vio alterada con la intención japonesa de instaurar una serie de industrias en territorio coreano, como estaba haciendo también en Manchuria y otros dominios, porque no había suficiente espacio para colocarlas en el territorio japonés, y Japón vio en Corea una mano de obra que podía ser utilizada como semiesclava y muy barata, de ahí a que se instalase una incipiente industria que antes no había, pero sin apenas repercusiones positivas para Corea, siendo receptora de inversiones japonesas tanto estatales como privadas. Destacará la industria eléctrica de base hidráulica como la de 1926 en el río Buchoun, industria fabril que desbanca a la agrícola, y creció la manufactura como cerámicas, químicas, madereras, imprenta, alimenticia, etc.[3] Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, Japón se centrará en aumentar la producción industrial coreana, con las repercusiones que conllevaron, y surgió la industria de guerra, destacando los llamados minerales estratégicos como el carbón, el grafito y la magnesita, entre otros[4].

Bibliografía:

- CHESNEAUX, J.: Asia Oriental en los siglos XIX y XX. Labor, Barcelona, 1969.

- MARTÍNEZ CARRERAS, J.U.: Historia del colonialismo y la descolonización. Ed. Complutense, Madrid, 1992.

- MARTÍNEZ SHAW, C.: Historia de Asia en la Edad Moderna. Arco Libros, Madrid, 1996.

- MORENO GARCÍA, J.: El Extremo Oriente, siglo XX. Síntesis, Madrid, 1992.






[1] MORENO GARCÍA, J.: El Extremo Oriente, siglo XX. Síntesis, Madrid, 1992, pág. 79.
[2] Ibídem, pág. 80.
[3] Ibídem, pág. 80.
[4] Ibídem, págs. 80-81.

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