El término protoindustria nace de
la mano de la tesis de F. Mendels expuesta en “Protoindustrialization: the
first phase of the industrilization process” (1972). Mendels definió la
protoindustrialización como el traspaso de determinadas actividades artesano-productivas
al campo. En este sentido la protoindustria quedó definida en términos de
localización rural con una producción destinada a mercados extrarregionales o
internacionales de los que participaban los comerciantes capitalistas que
promovieron este tipo de modelo productivo. Este sistema productivo contó con
dos tipologías principales:
- Kaufsystem: empleado para
referirse a aquellos artesanos independientes que realizaban sus propios
productos con sus propios medios, haciendo uso de sus propias materias primas
y herramientas de producción.
-Verlagsystem: en el que eran los
comerciantes quienes proveían a las familias campesinas de los medios
necesarios para la fabricación de un determinado producto que, en un plazo
fijado, el comerciante recogía para venderlo en la ciudad.
Así, a partir de las propuestas
de P. Deyon y F. Mendels, en el Congreso Internacional de Historia Económica de
Budapest (1982), el proceso de protoindustrialización quedó definido por la
combinación de los siguientes factores:
- Tipo de industria rural cuyos mercados se encuentran fuera de la región.
- Participación campesina en la producción para el mercado obteniendo una renta adicional que permitía un cierto saneamiento en sus economías domésticas proporcionándoles un trabajo complementario a las labores agrícolas en una actividad que además resultaba consecuente al incremento de la actividad industrial.
- La interrelación con el ámbito urbano, que no se queda desligado del sistema, puesto que es en la ciudad donde tiene lugar el acabado del producto ya sea por artesanos dispersos o en talleres concentrados, y además es donde se venden los productos del artesanado rural independiente y donde residen los comerciantes que promueven este sistema de producción a domicilio.
De acuerdo a estos
supuestos, Mendels elaboró una tesis sobre el proceso de
“protoindustrialización” y su papel como motor de la industrialización
reabriendo por tanto el debate en torno a los orígenes de la misma, que había
quedado sistematizado por Toynbee a partir de su ensayo sobre la Revolución
Industrial, y que desde entonces cada vez había adquirido mayor complejidad, a
partir de 3 conclusiones:
- El papel impulsor de la protoindutrialización para acabar con la tradicional economía de subsistencia agraria al proporcionar unos medios económicos que permitieron aumentar las tasas de natalidad en el ámbito rural y proporcionar una mano de obra fuerte y más abundante al servicio de los nuevos modelos productivos.
- El interés cada vez mayor por parte de los comerciantes de buscar nuevas formas de organización productiva a consecuencia del crecimiento extensivo de este sistema y el incremento de los costes y la pérdida de control sobre la calidad del producto a consecuencia de tratarse de un sistema de producción cada vez más disperso.
- La posibilidad de establecer unos sistemas alternativos de producción a consecuencia de la acumulación de ganancias, la intensificación de las redes comerciales y el impulso técnico que había propiciado la protoindustrialización.
De esta forma, a partir de estas
formulaciones, quedó abierto el debate en torno al papel de la industria rural
dentro del proceso de industrialización suscitando la controversia respecto a
los orígenes, las características y las consecuencias de los procesos manufactureros
anteriores a la concentración fabril. Por tanto, la formulación de Mendels dio
paso a un intenso debate al respecto cuyas
ramificaciones afectaron incluso a los posicionamientos marxistas puesto que desde
la Escuela Histórica Alemana y el círculo de Gotinga,
con figuras como Peter Kriedte, Hans Medick y Jürgen Schlumbohm, se replanteó el papel que jugó esta
protoindustrialización como elemento de transición entre el feudalismo y el
capitalismo.
Sin embargo, las aportaciones que
más contribuyeron a reorientación de las investigaciones al respecto fueron las
posturas de reacción como las de Clarkson o la de Coleman expuesta en
“Proto-Industrialization: A Concept Too Many” (1983) a partir de las cuales se
cuestionaron y puntualizaron muchas de sus afirmaciones con intención de
demostrar que el proceso de industrialización descrito por Mendels, aunque se
podía adecuar a algunos casos, no era aplicable a todas las regiones.
Bibliografía
-Butlin, R.A. “Early Industrialization in Europe: Concepts and Problems”
[En línea] The Geographical Journal,
Vol. 152, No. 1 (Mar., 1986), pp. 1-8. [Recuperado
4 de diciembre de 2013] Disponible en: http://www.jstor.org/stable/632933
-González
Enciso, A. “La protoindustrialización en España”. Revista de Historia Económica [En línea].Año II, Invierno 1984, n.
1, pp. 11-44. [Recuperado 2 de diciembre de 2013]. Disponible en: http://e-archivo.uc3m.es/handle/10016/1605
-Torras
Elías, J. “La protoindustrialización. Balance de una pericia historiográfica”, Areas. Revista de ciencias sociales. [En
línea], n. 10 (1989), pp. 81‑88.[Recuperado 2 de diciembre de 2013]. Disponible en: http://revistas.um.es/areas/article/view/86361/83111
También
por si a alguien le interesa profundizar en los postulados que defienden cada
uno de ellos, están disponibles en la red los artículos de Mendels y Coleman a
los que se hace referencia en el post:
-Coleman,
C.D. “Proto-Industrialization: A Concept Too Many”, The Economic History Review, New Series, Vol. 36, No. 3 (Aug.,
1983), pp. 435-448. Disponible en:
-Mendels, Franklin F. “Proto-Industrialization: The
First Phase of the Industrialization Process” The Journal of Economic History, Vol. 32, No. 1, The Tasks of Economic
History. (Mar.,
1972), pp. 241-261.Disponible en:
Magnífica aportación, Sara.
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