domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Traición de la burguesía VS. Crisis de la aristocracia? Por una revisión de la historia social y de la cultura de las élites de la Europa del Antiguo Régimen, por Bartolomé Yun Casalilla.
 
PARTE 1

 
El texto gira en torno al debate de dos conceptos que tienen que ver con el proceso de cambio hacia una economía capitalista y hacia la modernización:

 

-          1) Traición de la burguesía

-          2) Crisis de la aristocracia

 

El texto de Bartolomé Yun Casalilla pretende dar una nueva imagen de las relaciones entre burgueses y aristócratas.

   1) Fue Braudel el primero en hablar de traición de la burguesía para referirse especialmente a los países mediterráneos de finales del siglo XVI. Según Braudel los hombres de negocios y gentes dedicadas al ejercicio de la ley y los más diversos cargos, no pudieron evitar sentir la tentación de desviar buena parte de sus beneficios hacia la adquisición de tierras, hacia las rentas del estado, a la compra de feudos o títulos nobiliarios “traicionándose” de forma inconsciente como clase. De esta manera esta “clase” se separó de su objetivo primordial, que no era otro que la implantación del capitalismo y la modernización. Estos nuevos nobles acabaron mezclándose y consumiendo como aristócratas, con un estilo de vida señorial, imitando la cultura material de la nobleza y adoptando sus valores del honor, etc.

   2) Por otra parte está el concepto de crisis de la aristocracia, que ha tenido un mayor éxito en la historiografía inglesa. Aunque el concepto tuvo un mayor protagonismo a partir de la obra de L. Stone, realmente habría que remontarse a los ensayos de Tawney y de otros historiadores ingleses anteriores.

La visión más tradicional de la teoría según Brenner decía que la vieja aristocracia habría sido incapaz de adaptarse a los cambios generados por el desarrollo de la economía capitalista, y así a finales del siglo XVI estaría en crisis, endeudada y empobrecida, mientras que la gentry (grupo de mercaderes, burgueses y grandes propietarios) supo aprovecharse del desarrollo mercantil y agrario y se consolidaría como el protagonista de la revolución inglesa frente a las viejas familias.

La novedad de la obra de Stone al respecto sería la ruptura de la visión de la gentry y la aristocracia como dos clases sistemáticamente enfrentadas. Las prácticas capitalistas se habrían ido extendiendo rompiendo con el paternalismo de la antigua clase feudal. Las relaciones de esta nueva clase con la sociedad y con la Corona asimismo irían evolucionando.

En definitiva, la crisis de la aristocracia en Inglaterra había sido un factor de modernización, pues de ella había surgido una nueva élite que impulsó nuevas formas de gestión de la tierra que llevarían al capitalismo, y posteriormente el proceso desestabilizador desencadenado habría conducido a la revolución inglesa, episodio clave para entender la modernización del país.

Los historiadores ingleses asimismo señalaban del caso italiano, que a pesar de contar con ingentes cantidades de capitales, no supieron reinvertirlos de manera adecuada, es decir, en inversiones relacionadas con la industria. Un caso parecido habría ocurrido en Francia según estas teorías, pues los franceses habrían invertido de manera excesiva en el campo. Por su parte Brenner señalaba la importancia de la nobleza y la gentry inglesa como responsables del proceso de cercamientos que él veía como una de las claves del capitalismo agrario y la industrialización del país.

A pesar de lo diferentes que puedan parecer ambos conceptos son dos facetas distintas de un mismo proceso. Las aspiraciones sociales de la burguesía se vieron satisfechas gracias a políticas matrimoniales que eran complementarias de la necesidad de los grupos aristocráticos por superar sus dificultades vía enlaces con las nuevas familias emergentes.

Desde el punto de vista económico, una poderosa corriente revisionista en el seno de la historiografía británica ha restado todo protagonismo a los grandes propietarios salidos de la crisis en lo que se refiere a su responsabilidad en el desarrollo agrario. Según Allen las claves de la revolución agraria inglesa no habrían estado en el comportamiento de esta nueva nobleza, sino en los yeomen o labradores acomodados (que desde Adam Smith se asociaban a mejoras productivas).

Muchas nuevas familias aristocráticas continentales fueron en muchos casos las promotoras de nuevas formas de gestión y mejoras productivas, como sucede en muchos casos de Francia, Prusia y Castilla. Desde una perspectiva más general, J. Dewald nos habla de una aristocracia europea que desde el siglo XVI está en continua transformación interna y en un proceso de ósmosis con las élites mercantiles y políticas, lo que explica formas de sociabilidad comunes en muchas regiones. La modernidad no necesariamente había estado ligada a la burguesía.

Ya Adam Smith había empleado la imagen de nobleza parasitaria y depredadora frente a la de burguesía mercantil como creadora de riqueza y progreso. Con la llamada revolución liberal burguesa del siglo XIX se afianzaría esa forma de ver las cosas. La idea de una nobleza retrógrada fue un factor clave en la lucha contra el Antiguo Régimen. En la historiografía del siglo XIX la burguesía y la aristocracia aparecieron como entidades opuestas y en continuo enfrentamiento. No es falso del todo, pero engañoso.

 
- En cuanto a la crisis de la aristocracia, es importante señalar que el concepto de crisis no tiene por qué significar desaparición o decadencia. Puede implicar transformación y adaptación a una nueva realidad, con mayor o menor grado de dramatismo.

 - En cuanto a la traición de la burguesía, sigue siendo un concepto forzado dado que era una clase por formarse aún. Implica considerar a estos grupos como el germen de la burguesía moderna, con unos aspectos generales como la propensión a llevar a cabo inversiones, sus lazos comerciales y el individualismo y el liberalismo (rasgos muy propios del siglo XIX pero que no tenían por qué estar presentes ya en el siglo XVI). De hecho, la burguesía contemporánea se ha caracterizado por adoptar posiciones políticas que nada tienen que ver con sus ideales propios (nazismo o franquismo). La llamada traición de la burguesía constituye en realidad un fenómeno que es estructural en las sociedades del Antiguo Régimen. Las investigaciones recientes han demostrado la tendencia de los hombres de negocios a comprar rentas o a enlazar por métodos diversos con la nobleza como un fenómeno constante desde el siglo XIV hasta el XIX. Lo más característico del siglo XVI radicaría en la enorme cantidad de fenómenos de este tipo, los cuales eran posibles gracias al inusitado enriquecimiento que proporcionaba el comercio y la expansión mercantil.


Componentes del grupo:

Rafael Jiménez - Víctor Nebreda - Daniel Almería - Ramón Carballal - Carmen Martínez


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