¿Cómo evaluar el enorme gasto realizado por los monarcas españoles en materia de ejército y de construcción de palacios y obras de arte? Se ha dicho que la construcción de El Escorial costó a Felipe II un total de 5.260.560 ducados entre los años que can desde 1562 hasta su muerte 1598, dando un resultado de media anual de 142.000 ducados. Bajo el reinado de Felipe IV se construyó el casi desaparecido Palacio del Buen Retiro, impresionante construcción arquitectónica en las afueras de Madrid que servía a la vez como lugar de festejos reales, representación de obras de teatro, recibidor de embajadores extranjeros, exposición de las mejores pinturas del arte europeo y lugar de retiro y descanso del rey. El coste total del edificio entre 1631 y 1640 ascendió a 2.500.000 ducados y una media anual de 250.000 ducados, cifra nada desdeñable si se compara con el gasto desembolsado en la construcción de El Escorial medio siglo atrás, si bien hay que tener en cuenta las fluctuaciones y variaciones en la moneda.
¿Y qué supone este gasto en el conjunto de la economía española? Elliott recoge unas cifras para las fechas que van desde 1631 a 1640 de unos 10 a 12 millones de ducados anuales, de los cuales, un 10% iba destinado a gastos de corte. Es un gasto insignificante en comparación con la sangría del mantenimiento bélico. Así, mantener tan sólo una escuadra de doce galeras costaba lo mismo que el gasto anual destinado al Retiro. El mantenimiento de los Tercios en las guerras de Flandes había disminuido paulatinamente en las últimas décadas, pagando a los soldados poco y con bastante retraso, teniendo que comprarse ellos mismos la comida en muchas ocasiones.
Por Jusepe Leonardo
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La Monarquía Católica fue una gran coleccionista y admiradora del arte de los tapices. En 1633 se llegó a pagar más de 7.403 ducados por un total de nueve tapices con motivos clásicos, que decorarían las estancias del Palacio del Buen Retiro. El precio pagado a los artistas por sus pinturas oscilaba desde los 10 o 20 ducados la pieza hasta unos 500 o 600, como le llegaron a pagar a Zurbarán. Nuevamente nos topamos con la cuestión de si es mucho o poco dinero. Para ello Elliott, nuevamente, recurre a una comparación con los ‘salarios’ anuales de, por ejemplo, algunos grandes condes, no superando normalmente los 15.000 ducados anuales, estando la media entre 7.000 u 8.000 ducados. La renta que podía dar un mayorazgo a un hidalgo era de unos 1.000 o 2.000 ducados al año. Es, por tanto, una gran suma lo que llegó a pagar la corona durante estas décadas del siglo XVII en obras de arte.
La financiación de la construcción de El Escorial y del Palacio del Buen Retiro recayeron especialmente sobre el pueblo y las capas más bajas de la sociedad. Los madrileños se encontraron sujetos a nuevos impuestos sobre el consumo para poder pagar la mastodónica construcción del Palacio a las afueras de Madrid. Esta vez Olivares evitó el error de Felipe II al no trasladar el edificio muy lejos de la población madrileña, que se encontraba falta de nuevos espacios donde disfrutar de los festejos.
BIBLIOGRAFÍA
Para un estudio de los gastos reales en la década de 1630 véase BROWN, J. Y ELLIOTT, J. H.: Un palacio para el rey. El Buen Retiro y la corte de Felipe IV, Taurus, Madrid, 2003, p. 105.
GIMÉNEZ MARTÍN, J.: Tercios de Flandes, Falcata Ibérica, Madrid, 1999, p. 267 y ss.
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