Empieza
con una mención al dios romano Jano para referirse a la ciudad de Madrid
durante el siglo XVI. Una historia que está muy vinculada a la Corte y que con
la implantación de la misma por parte de Felipe II en 1561 hará que se cierre
una etapa en Madrid y surja otra que haga de Madrid una ciudad más importante y
que vaya creciendo con el paso del tiempo. Pero hace hincapié en que la
transformación de Madrid, aunque sea más notable a partir de 1561, tenía ya
unas características y estaba sufriendo cambios y acontecimientos importantes
que permitieron que la Corte definitivamente se estableciese en Madrid. Es con
Carlos V con quien debe mencionarse los cambios que dan paso a 1561 donde las
estructuras cortesanas pasan a rubricarse y que asientan las bases para que la
Corte se implante. Pero incluso antes, la Corte ya habituaba Madrid con
asiduidad y pasará a ser un centro político importante de la Monarquía. Con
Carlos V albergará bastante a los oficios regios, así como a sus instituciones,
y entre 1539 y 1542 Madrid fue sede temporal de la Corte itinerante. Carlos V
incluso pasaba algunas temporadas en Madrid y también acogía a las Cortes
Castellanas y reuniones de la Asamblea General del Clero. Todo esto hizo que
Madrid no estuviera ajeno y sufriera transformaciones políticas, económicas y
sociales importantes, y acelerase el proceso de preparación de la ciudad para
ser la sede del imperio. Hubo una
importante vinculación entre el regimiento y las instituciones de la Corona y
la Monarquía ayudó bastante al gobierno de la propia ciudad, burocratizándose
de manera importante, y una dependencia monarquía-ciudad y viceversa, ya que la
ciudad de Madrid proporcionará medios y personal a la Monarquía de una manera
ascendente. Ejemplos de proximidad entre corte y ciudad ya venían de antes como
se ha ido mencionando y destacarán figuras como Ramírez de Madrid, Álvaro de
Alcocer o Cristóbal de Vitoria que formaban parte de la aristocracia madrileña
con los RRCC. Cisneros acabó creando su propia corte en Madrid cuando utilizó a
la ciudad durante su segunda regencia. El pueblo madrileño no estaba ajeno y
muchos sirvieron al monarca de una manera u otra. El mundo financiero también
fue muy importante, muchos poderosos de Madrid formaron parte de la Contaduría
o la Tesorería General de Castilla, que venía de antes pero con el emperador se
incrementa exponencialmente y personalidades como Francisco de Vargas
realizaban actividades en la Real Hacienda a la vez que en el regimiento
madrileño y los entendimientos en la hacienda del rey se entremezclaban con
asuntos municipales, y se hace hincapié en que cuestiones regias y municipales
se mezclaban con la esfera doméstica. Hubieron también relaciones entre las
diversas familias de poderosos de Madrid por las actividades que realizaban y
una pugna importante para controlar el crédito castellano. Pugna importante
entre los Vargas y los Coalla. Con el estallido comunero, Vargas aprovechó para
crear un pequeño ejército para tomar el alcázar con cargo a la Hacienda Real
para cubrir el alcázar, pero con una segunda intención de tratar como suyo un
espacio real.
Con
estos datos, lo que se intenta resaltar es la importancia de Madrid en la
creación de unas redes sociales cuya trascendencia superaba las cercas de la
ciudad.
Se
puede detectar la existencia de tramas que aseguran fidelidad, información,
confianza o dinero al rey a cambio de mercedes para la Villa, o para ellos
mismos.
El
9 de diciembre de 1521, el regimiento madrileño acordó escribir al licenciado
Vargas, para sacar una libranza con la que pagar a las huestes madrileñas
enviadas a Navarra.
Cuando
el ayuntamiento de Madrid ideo la construcción de una iglesia colegial en
Madrid en 1542, remitió el caso a Juan Pardo de Tavera y a Gutiérrez Vargas de
Carvajal, pariente del tesorero Vargas, obispo de Palencia y titular de la
capilla de San Andrés.
Esto
es, una parte importante de la capacidad para llevar a buen fin el proyecto,
pasaba por las relaciones intrafamiliares de una de las familias más poderosas
de la ciudad…. Y del reino. Madrid había alojado a la Corte durante más de dos
años.
Las
influencias madrileñas en la
Corte dependían de aquellas formaciones. La monarquía
mostraba la necesidad de acudir a las relaciones de personajes que se
encontraban en la cúspide social.
Ambos
espacios, ciudad y rey, se encontraban franqueados por estas estructuras
sociales.
Es
así que hay madrileños trabajando para Vargas en diferentes apartados. En la
primavera de 1524 otorgo su testamento en Madrid ante el escribano Gabriel
Fernández. En el pedía ser enterrado en la capilla familiar de San Martín de
Madrid; y en él se mostraban sus desvelos en cuestiones financieras al señalar
que “yo he tenido cargo de cobranzas e otras cosas con algunas personas”.
Para
la gestión de algunas propiedades en Madrid, Vargas empleaba, al madrileño
Bartolomé Ruiz. Madrid no fue el único punto de apoyo para Vargas, pero acaso
si el más importante.
Alonso
Gutiérrez de Madrid también mantuvo una presencia activa en la vida de la
ciudad. Baste señalar que las Descalzas Reales fueron el antiguo alojamiento de
este financiero. Gutiérrez de Madrid alterno numerosos oficios en diferentes
ciudades.
Su
principal voz en Madrid fue su yerno Bernandino de Mendoza, quien pronto
adquirió un notable protagonismo en cuestiones políticas y financieras de la
ciudad.
Gutiérrez
de Madrid, siempre podía atender los requerimientos de la ciudad como oficial
de contador, receptor general, en 1524, o mediante la influencia derivada de
sus importantes tratos dinerarios.
De
ahí que el regimiento madrileño acordara en 1523 que se escribiese a Gutiérrez de Madrid sobre cierto asunto
relacionado con la presencia de un pesquisidor en la ciudad. Un agente de
Alonso Gutiérrez fue Francisco Gómez de Almonacid, el cual recibió diversos
poderes de representación de Gutiérrez de Madrid.
Asimismo,
tuvo como colaboradores a Luís Monzón, vecino de Madrid, quien pronto destaco
en labores hacendistas o de intermediación.
Esta
familia ocupara una regiduría en tiempos de Felipe II, además de mantener a
algunos de los más importantes escribanos de la ciudad.
Empero,
sus orígenes hay que retrotraerlos a tiempos anteriores. De Luís Monzón sabemos
que recibía dinero en nombre de Gutiérrez de Madrid a la altura de 1523. En 1528 actuó de “Broker” en la corte en
cierta operación financiera de los mercaderes Francisco y Juan de Torres.
Los
Monzón no solo trabajaban por o para Gutiérrez de Madrid. También mantuvieron
intensas relaciones con los Vozmediano.
Ambos,
intensificaron sus contactos como expuesta
al predominio de Vargas al frente del crédito de Castilla, para
conseguir una de las contadurías de cuentas. En el cambio de orientación hay
que incluir la influencia de los Coalla.
Alonso
Gutiérrez de Madrid y los Vozmediano compartían negocios y actividades con los
Monzón. Pues bien, Juan de Vozmediano tenía como tío y primo a Diego y Gregorio
Monzón, respectivamente.
El
círculo se cierra con Alonso de Villanueva, tío materno de Vozmediano, cuyas
actividades de recaudación en Madrid y otros lugares del reino crecieron a
partir de los años veinte del siglo XVI.
Curiosamente,
Alonso de Villanueva era hijo de otro Diego Monzón. La familia ya ocupaba una
escribanía a finales del siglo XV; también participaban en labores financieras
en diferentes lugares de Castilla.
De
hecho, desconocemos exactamente cuál de ellos, como receptor de alcabalas
encabezadas de la ciudad de Trujillo en 1503. La familia también entendía en
arrendamientos de rentas en Écija y Granada.
Alonso
de Villanueva recibió a su propio padre como fiador de su gestión al frente de
la receptora de rentas reales de 1514.
Componentes del grupo:
Daniel Almería
Ramón Carballal
Rafael Jiménez
Carmen Martínez
Víctor Nebreda
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