sábado, 30 de noviembre de 2013

Grupo 5. Jano en Madrid, Madrid con Jano. Hacia la ciudad cortesana. Pp. 331-339. Primera parte.

Empieza con una mención al dios romano Jano para referirse a la ciudad de Madrid durante el siglo XVI. Una historia que está muy vinculada a la Corte y que con la implantación de la misma por parte de Felipe II en 1561 hará que se cierre una etapa en Madrid y surja otra que haga de Madrid una ciudad más importante y que vaya creciendo con el paso del tiempo. Pero hace hincapié en que la transformación de Madrid, aunque sea más notable a partir de 1561, tenía ya unas características y estaba sufriendo cambios y acontecimientos importantes que permitieron que la Corte definitivamente se estableciese en Madrid. Es con Carlos V con quien debe mencionarse los cambios que dan paso a 1561 donde las estructuras cortesanas pasan a rubricarse y que asientan las bases para que la Corte se implante. Pero incluso antes, la Corte ya habituaba Madrid con asiduidad y pasará a ser un centro político importante de la Monarquía. Con Carlos V albergará bastante a los oficios regios, así como a sus instituciones, y entre 1539 y 1542 Madrid fue sede temporal de la Corte itinerante. Carlos V incluso pasaba algunas temporadas en Madrid y también acogía a las Cortes Castellanas y reuniones de la Asamblea General del Clero. Todo esto hizo que Madrid no estuviera ajeno y sufriera transformaciones políticas, económicas y sociales importantes, y acelerase el proceso de preparación de la ciudad para ser la sede del imperio.  Hubo una importante vinculación entre el regimiento y las instituciones de la Corona y la Monarquía ayudó bastante al gobierno de la propia ciudad, burocratizándose de manera importante, y una dependencia monarquía-ciudad y viceversa, ya que la ciudad de Madrid proporcionará medios y personal a la Monarquía de una manera ascendente. Ejemplos de proximidad entre corte y ciudad ya venían de antes como se ha ido mencionando y destacarán figuras como Ramírez de Madrid, Álvaro de Alcocer o Cristóbal de Vitoria que formaban parte de la aristocracia madrileña con los RRCC. Cisneros acabó creando su propia corte en Madrid cuando utilizó a la ciudad durante su segunda regencia. El pueblo madrileño no estaba ajeno y muchos sirvieron al monarca de una manera u otra. El mundo financiero también fue muy importante, muchos poderosos de Madrid formaron parte de la Contaduría o la Tesorería General de Castilla, que venía de antes pero con el emperador se incrementa exponencialmente y personalidades como Francisco de Vargas realizaban actividades en la Real Hacienda a la vez que en el regimiento madrileño y los entendimientos en la hacienda del rey se entremezclaban con asuntos municipales, y se hace hincapié en que cuestiones regias y municipales se mezclaban con la esfera doméstica. Hubieron también relaciones entre las diversas familias de poderosos de Madrid por las actividades que realizaban y una pugna importante para controlar el crédito castellano. Pugna importante entre los Vargas y los Coalla. Con el estallido comunero, Vargas aprovechó para crear un pequeño ejército para tomar el alcázar con cargo a la Hacienda Real para cubrir el alcázar, pero con una segunda intención de tratar como suyo un espacio real.

Con estos datos, lo que se intenta resaltar es la importancia de Madrid en la creación de unas redes sociales cuya trascendencia superaba las cercas de la ciudad.

Se puede detectar la existencia de tramas que aseguran fidelidad, información, confianza o dinero al rey a cambio de mercedes para la Villa, o para ellos mismos.

La Corona se aprovechaba de aquella situación para permitir la circulación de unas elites cada vez mas identificadas con la causa imperial; la ciudad, contaba con los contactos suficientes para hacer valer sus intereses en la corte.

El 9 de diciembre de 1521, el regimiento madrileño acordó escribir al licenciado Vargas, para sacar una libranza con la que pagar a las huestes madrileñas enviadas a Navarra.

Cuando el ayuntamiento de Madrid ideo la construcción de una iglesia colegial en Madrid en 1542, remitió el caso a Juan Pardo de Tavera y a Gutiérrez Vargas de Carvajal, pariente del tesorero Vargas, obispo de Palencia y titular de la capilla de San Andrés.

Esto es, una parte importante de la capacidad para llevar a buen fin el proyecto, pasaba por las relaciones intrafamiliares de una de las familias más poderosas de la ciudad…. Y del reino. Madrid había alojado a la Corte durante más de dos años.

Las influencias madrileñas en la Corte dependían de aquellas formaciones. La monarquía mostraba la necesidad de acudir a las relaciones de personajes que se encontraban en la cúspide social.

Ambos espacios, ciudad y rey, se encontraban franqueados por estas estructuras sociales.

Es así que hay madrileños trabajando para Vargas en diferentes apartados. En la primavera de 1524 otorgo su testamento en Madrid ante el escribano Gabriel Fernández. En el pedía ser enterrado en la capilla familiar de San Martín de Madrid; y en él se mostraban sus desvelos en cuestiones financieras al señalar que “yo he tenido cargo de cobranzas e otras cosas con algunas personas”.

Para la gestión de algunas propiedades en Madrid, Vargas empleaba, al madrileño Bartolomé Ruiz. Madrid no fue el único punto de apoyo para Vargas, pero acaso si el más importante.

Alonso Gutiérrez de Madrid también mantuvo una presencia activa en la vida de la ciudad. Baste señalar que las Descalzas Reales fueron el antiguo alojamiento de este financiero. Gutiérrez de Madrid alterno numerosos oficios en diferentes ciudades.

Su principal voz en Madrid fue su yerno Bernandino de Mendoza, quien pronto adquirió un notable protagonismo en cuestiones políticas y financieras de la ciudad.

Gutiérrez de Madrid, siempre podía atender los requerimientos de la ciudad como oficial de contador, receptor general, en 1524, o mediante la influencia derivada de sus importantes tratos dinerarios.
De ahí que el regimiento madrileño acordara en 1523 que se escribiese  a Gutiérrez de Madrid sobre cierto asunto relacionado con la presencia de un pesquisidor en la ciudad. Un agente de Alonso Gutiérrez fue Francisco Gómez de Almonacid, el cual recibió diversos poderes de representación de Gutiérrez de Madrid.

Asimismo, tuvo como colaboradores a Luís Monzón, vecino de Madrid, quien pronto destaco en labores hacendistas o de intermediación.

Esta familia ocupara una regiduría en tiempos de Felipe II, además de mantener a algunos de los más importantes escribanos de la ciudad.

Empero, sus orígenes hay que retrotraerlos a tiempos anteriores. De Luís Monzón sabemos que recibía dinero en nombre de Gutiérrez de Madrid a la altura de 1523.  En 1528 actuó de “Broker” en la corte en cierta operación financiera de los mercaderes Francisco y Juan de Torres.

Los Monzón no solo trabajaban por o para Gutiérrez de Madrid. También mantuvieron intensas relaciones con los Vozmediano.

Ambos, intensificaron sus contactos como expuesta  al predominio de Vargas al frente del crédito de Castilla, para conseguir una de las contadurías de cuentas. En el cambio de orientación hay que incluir la influencia de los Coalla.

Alonso Gutiérrez de Madrid y los Vozmediano compartían negocios y actividades con los Monzón. Pues bien, Juan de Vozmediano tenía como tío y primo a Diego y Gregorio Monzón, respectivamente.
El círculo se cierra con Alonso de Villanueva, tío materno de Vozmediano, cuyas actividades de recaudación en Madrid y otros lugares del reino crecieron a partir de los años veinte del siglo XVI.

Curiosamente, Alonso de Villanueva era hijo de otro Diego Monzón. La familia ya ocupaba una escribanía a finales del siglo XV; también participaban en labores financieras en diferentes lugares de Castilla.

De hecho, desconocemos exactamente cuál de ellos, como receptor de alcabalas encabezadas de la ciudad de Trujillo en 1503. La familia también entendía en arrendamientos de rentas en Écija y Granada.


Alonso de Villanueva recibió a su propio padre como fiador de su gestión al frente de la receptora de rentas reales de 1514.

Componentes del grupo:

Daniel Almería
Ramón Carballal
Rafael Jiménez
Carmen Martínez
Víctor Nebreda

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