jueves, 31 de octubre de 2013

Finanzas en la Edad Moderna

Para tener seguridad económica, conseguir ingresos regulares, oportunidades de expansión del negocio o salir de una crítica coyuntura económica. Éstos y otros son los motivos que conducen a un individuo a solicitar un préstamo. En este artículo trataré el entorno de las finanzas privadas.

La puesta en práctica de la letra de cambio como una vía operativa propia del mundo de las finanzas procede de la Edad Media mas es ahora, a lo largo de la Edad Moderna, cuando asistimos a un significativo desarrollo en lo que a procedimiento y métodos de intercambio se refiere. La esencia de esta práctica se basa en la entrega de una letra a nombre de un comprador o deudor por parte de un acreedor. En dicha letra viene, en términos generales, estipulada la cantidad total a pagar y la fecha en que se efectúa el pago.

Pero la letra de cambio, entendida en sus prácticas más arcaicas, no otorgaba una gran libertad y limitaba las opciones financieras y comerciales del acreedor. De este modo asistiremos a una diversificación en los métodos y usos de las letras de cambio que irán haciéndose cada vez más complejos. Las Provincias Unidas constituyen el primer ejemplo en 1651, momento en que se decreta una serie de leyes que establecen la negociabilidad de las letras. Más adelante irán sumándose a esta iniciativa Francia, Inglaterra o España. Esto permitía al acreedor la posibilidad de obtener su dinero con anterioridad a la fecha preestablecida solicitando dicha cantidad (menos un porcentaje acordado en compensación por los riesgos corridos) a un banquero.

Un paso más en la diversificación de los oficios y/u opciones financieras lo constituyen los bancos públicos, que contribuirán de forma determinante al declive de las ferias periódicas más importantes de Europa. Los primeros de estos bancos los encontramos en Italia pero paulatinamente asistimos a su expansión y consolidación a lo largo del continente. El banco de Amsterdam, de Rotterdam, de Estocolmo o de París son buena muestra de ello. Las funciones y competencias de los bancos públicos se irán ampliando y adquirirán mayor complejidad según avanzamos en el tiempo. Los primeros bancos se dedicaban sobre todo al depósito y transferencia de dinero pero pronto se empieza a evidenciar un aumento en sus operaciones y actividades de tipo crediticio, además el Banco de Estocolmo asienta un precedente en 1656 al ser el primer banco público en emitir moneda. Los bancos privados suponen la otra cara de la moneda. Sus orígenes se remontan a la Baja Edad Media pero es en el siglo XVII cuando se produce una significativa proliferación de esta banca. Sin embargo las malas prácticas serán el principal factor de su fracaso, la mala administración de los fondos y los depósitos empleados en empresas privadas y operaciones de alto riesgo conducirán a muchos bancos privados a situaciones críticas o incluso de quiebra.

El mundo de las finanzas privadas en el entorno rural que ejemplificado con el censo, práctica consistente en dejar en prenda una parte de la cosecha en propiedad a cambio del anticipo de una cantidad estipulada de capital. Esta operación acabó suponiendo en muchos casos la enajenación de la porción de la tierra sujeta a dicho trato como consecuencia de la imposibilidad de efectuar el pago, que llevaba un interés añadido.Otra práctica común era la venta por anticipado de distintos productos aunque ello conllevaba también importantes riesgos en el caso del campesino, que prometía el pago en grano de la cosecha del año siguiente. 

Esto implicaba riesgos dado que era habitual inflar el precio de los productos de los comerciantes y luego exigir el pago cuando el grano era más barato, lo que acabó propiciando numerosos casos de endeudamiento rural. Sin embargo el traslado de estas prácticas al entorno urbano suponía un abanico más amplio de posibilidades y con condiciones menos duras. Los endeudamientos eran frecuentes en cualquier capa de la sociedad, desde artesanos y comerciantes hasta numerosos miembros de la nobleza. El estamento nobiliario inglés constituye un ejemplo bastante indicativo: en 1642 la nobleza inglesa acreditaba una deuda de un millón y medio de libras mientras que presentaban unos ingresos de 730000 libras. Con esto nos hacemos a la idea de hasta qué punto prosperaron tanto la demanda como la oferta de este tipo de negocios y lo lucrativos que podían llegar a ser.

Como contraposición a esta realidad encontramos la creación de los monti de pietà en la península italiana y su posterior extensión a determinadas áreas de Europa. Su misión principal consistían en realizar préstamos de dinero con intereses verdaderamente bajos y a menudo las cantidades prestadas eran reducidas. Si bien es cierto que los monti ubicados en ciudades con un destacado desarrollo industrial y comercial fueron ampliando sus competencias (cajas de ahorro o depósito de bienes y dinero), nunca perdieron su función inicial de “bancos de préstamo para los pobres”. La extensión de los monti por el resto de Europa no tuvo gran alcance pero sí que podemos encontrar su equivalente en los Países Bajos, el huis van leening, con unas intenciones similares a su homólogo italiano.

Conclusión

Si bien es cierto que la economía ha sido un factor determinante a lo largo de toda la historia en la vida de las personas, encontramos en la Edad Moderna un momento en que se torna en elemento fundamental para el porvenir de la sociedad. La consolidación y especialización de las profesiones dedicadas al mundo de las financiaras constituirá un factor determinante en el surgimiento de un nuevo sector social que se erigirá con el tiempo en dirigente de la economía y la política en su mayor nivel de expresión, la burguesía.

BILIOGRAFÍA

-De Vries, J. (1979). La economía de Europa en un periodo de crisis, 1600-1750. Madrid.  Cátedra.

-Cipolla, C. M. (1979). Historia económica de Europa (2). Siglos XVI y XVII. Barcelona. Ariel.


-Fuente Pérez, M. J. (1992). Finanzas y ciudades: el tránsito del siglo XV al XVI. Estudios de  historia económica, 25, 7-128. 

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