La mayoría de los estudios que se han hecho de la Monarquía Hispánica
muestran al reinado de Carlos II como un reinado débil, de decadencia, crisis e
inestabilidad política, basándose en la pérdida definitiva de la hegemonía
frente a Francia (ya iniciada en la Paz de los Pirineos de 1659), pérdidas de
territorios, debacles como el Tratado de Lisboa de 1668, Nimega 1678, Ratisbona
1684, etc. Pero es muy importante mostrar que durante el reinado de Carlos II
la crisis económica tocó fondo y, a partir de la década de 1680 se mostrarán
pequeños atisbos de recuperación económica, reformas fiscales y de crecimiento
y para 1695 se apreciará una clara mejoría en la economía y en el sistema
fiscal y hacendístico, pero con la Guerra de Sucesión Española se detendrán todos
estos progresos.
Carlos II tuvo que enfrentarse, entre otros problemas, a una grave
crisis de la hacienda de la monarquía por un desgaste continuado provocado por
las guerras de sus antecesores, unido a una fuerte presión fiscal, inflación,
bancarrotas, disminución de remesas provenientes de América (principalmente por
la dificultad de comunicarse con las colonias, el contrabando y la piratería) y
una crisis demográfica que hizo disminuir de ocho a seis millones de habitantes
aproximadamente la población de la península. Durante su reinado habrá algunas
personas que intentaron sanear la economía y las cuentas públicas y se pueden
destacar varios proyectos:
El de Juan José de Austria, cuyo pequeño período de gobierno estuvo
caracterizado por sus intentos de reformas, tanto políticos como económicos,
quiso reducir las exenciones que tenían los estamentos privilegiados, y creo
una Junta de Comercio en 1679 para intentar reactivar núcleos de actividad
económica importantes como la navegación y el comercio, potenciación de la industria
y de algunas fábricas para que hubiese un mayor dinamismo económico en la
península, y un ambicioso plan de reforma monetaria y devaluación monetaria. La
Junta de Comercio no triunfó por los numerosos obstáculos que se dieron y el
plan de reforma monetaria no le dio tiempo al morir tempranamente, aunque
Medinaceli lo reactivará.
Con Medinaceli es el período más decisivo en el proceso de
recuperación económica. Pese a que buscaba el aumento de los ingresos de la
corona, se decidió realizar una leve disminución de la presión fiscal de la
población ya que no podían seguir asumiendo esos gastos, y también se eximió de
la deuda parcialmente según el caso. Dentro de la reforma fiscal se intentó
cambiar el sistema de tributación, sustituyendo arrendamientos por
encabezamientos y lograr un sistema algo más equilibrado de tributación, pero
tuvo que ser retirado gran parte de la reforma fiscal por la necesidad de
aumentar los ingresos de la corona. También ayudó la disminución drástica de
los gastos al estar la Monarquía Hispánica involucrada en menos
conflictos. Medinaceli tomó el plan de Juan José de Austria, dándose la
reforma monetaria de 1680 donde se puede destacar una devaluación considerable
de la moneda, pasando algunas monedas a valer menos como el marco de moneda de
molino de doce a tres reales. La reforma de 1680 tuvo efectos negativos a corto
plazo como la disminución de los préstamos y la dificultad de obtener asientos
pero a largo plazo permitió la recuperación económica. Medinaceli también se
centró en la potenciación del comercio con América, el sector de la lana,
fomento de inversión tanto nacional como extranjera, eliminación de trabas para
que los nobles pudiesen trabajar en ciertos ámbitos, recuperación de la Junta
de Gobierno etc., medidas importantes que permitieron una lenta recuperación
económica.
Por tanto, durante el reinado de Carlos II, hay que reseñar pequeños
indicios de recuperación económica gracias a las reformas implantadas y también
por la situación que fue atravesando la península a partir de la década de
1680, dándose un claro intento de intentar acabar con la grave crisis económica
que estaba socavando la Monarquía Hispánica y algunas de estas medidas
económicas servirán de base para el reformismo borbónico.
Bibliografía consultada:
- - ALVAR, A. et al: La
España de los Austrias. La actividad política. Madrid, Istmo, 2011.
interesante aportación, Víctor. Efectivamente, el reinado de Carlos II presenta notables contradicciones. Fue un período de crisis política, también el del final de la dinastía. Pero desde 1680 también se dieron los primeros atisbos de recuperación económica a nivel de toda la Península Ibérica e, incluso, la administración comenzó a reclutar a personajes de notable valía como Manuel de Lira. Bibliografía que recomendaría sobre este reinado: las biografías de H. Kamen y J. Contreras y el número monográfico de la revista Studia Historica. Historia Moderna de hace unos cuantos años. Para la faceta económica y fiscal contamos con la monografía publicada por J. A. Sánchez Belén.
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