domingo, 6 de octubre de 2013

Los Abanicos Orientales en la Época de los Hagsburgo

Abanicos Chinos y Japoneses en el Renacimiento
Durante el siglo XVI, el objeto de exportación oriental mas importante que cautivaba a las mujeres de la casa real y de la aristocracia en España y Portugal, fue el abanico asiático
.Entre la amplia variedad de abanicos que importados de Asia y el Lejano Oriente, después de 1511, el tipo que mas fascinaba era el abanico japones plegable, conocido como sensu u ogi. 
Estos abanicos datan del siglo X, aunque es en el siglo XV, cuando adaptan su forma actual, es decir una doble lamina de papel plegado y terminados en dos guardas.
 Eran ligeros, fáciles de guardar.En orienten eran indispensables para llevarlos en ocasiones ceremoniales, formales y festivas. Aunque los abanicos anteriores, y su principal función en Japón es la de servir para dar ordenes en la batalla, y como distintivo personal, por eso solían llevarlos los jefes samurais.
La conquista de Malaca por los portugueses en 1511, abrió una puerta al Lejano Oriente. Rápidamente se estableció un mercado sin explotar para comerciar entre China, Japón y Goa, vinculando Portugal, África e India al Lejano Oriente.
Las isla Japonesas de Ryukyu sirvieron deesta forma como puente para el comercio entre Corea, el sur de China, Japón y después del 1511, las avanzadas portuguesas. Los juncos navegaban a Malaca, trayendo mercancías para comerciar.
 En 1542, un cronista portugués Mendes Pinto, observo que los abanicos japoneses eran ofrecidos como presentes altamente estimados.
De esta manera los productos de Japón y China llegaron a Lisboa vía Goa y Cochin en India, los puntos de distribución para los artículos europeos y asiáticos.
 De esta manera Lisboa se convirtió en la puerta de entrada a Europa, donde las modas y usos foráneos fueron rápidamente adaptados por la corte portuguesa, pionera en nuevas tendencias pronto copiadas por otras corte europeas.
Muchas princesas y soberanas de la corte de Portugal y España, como Catalina de Austria, Maria de Portugal, Isabel de Portugal y muchas nobles.
 Fueron las pioneras en implantar la moda de los abanicos para las mujeres, (en oriente eran utilizados mas por los hombres).
Los abanicos plegables japoneses llegaron primero a la corte de Lisboa, antes de ser exportados de nuevo hacia España (Isabel de Portugal, esposa de Carlos V), y a otras partes de Europa.
Tanto fue su éxito, que muy pronto aparecieron representados en los retratos contemporáneos  sostenidos por damas de la aristocracia como un signo de poder, riqueza y  magnificencia. Los abanicos eran considerados, como regalos de gran valor y prestigio, y eran llevados a muchas cortes europeas, en las embajadas y como regalo.
Esta moda fue iniciada en la corte de Lisboa, pero rápidamente se extendieron a España y Austria, gracias a los estrechos lazos existentes entre los miembros de la casa de Austria o Hagsburgo.
Los mercaderes portugueses, vendiendo plata y armas de fuego, conseguían estos exóticos productos de Japón y China, y al vender gran cantidad de abanicos orientales, ayudaron a difundir su novedad y uso en diversos sectores de la sociedad de la Península Ibérica.
A finales del siglo XVI, se podía decir que Asia había conquistado Europa y los objetos exóticos se convirtieron en lugar común y entraron a formar parte de la vida cotidiana.
Así, los abanicos plegables orientales no solo se importaron, sino que también se fabricaron en Europa, siguiendo el modelo de los sensu u ogi.







Oriente en Palacio.Tesoros Asiáticos en Las Colecciones Reales Españolas. Palacio Real, Madrid, 2003. Cap. XV: Aires de Oriente. El Mundo de los Abanicos.


1 comentario:

  1. igio, y eran llevados a muchas cortes europeas, en las embajadas y como regalo.
    Esta moda fue iniciada en la corte de Lisboa, pero rápidamente se extendieron a España y Austria, gracias a los estrechos lazos existentes entre los miembros de la casa de Austria o Hagsburgo.
    Los mercaderes p https://symcdata.info/conspiraciones-y-rebeliones-por-la-independencia/

    ResponderEliminar