El reformismo borbónico
supuso un antes y un después en la historia económica de la Edad Moderna en lo
que se refiere a España, ya que rompió con la tendencia económica que se estaba
dando desde 1530 aproximadamente, y había entrado en un círculo del cuál no
pudo salir y se sumió en una crisis económica importante que mostró indicios de
recuperación con Carlos II pero tendremos que esperar hasta Felipe V y el
reformismo borbónico que inició para poder apreciar otra tendencia y
crecimiento económico, que, una vez más, se verá frenado con la llegada de
Carlos IV al poder, con Godoy como primer ministro, y con la Guerra de
Independencia.
A la cabeza del
reformismo borbónico estarán los monarcas, quienes encabezarán las reformas al
ver que no tenían mucho que perder pero sí mucho que ganar, aunque cuando las
reformas empiecen a cuestionar su poder es cuando los monarcas cerrarán filas y
se detendrán, y será cuando se inicien los movimientos de reformistas e
ilustrados que quieren ir más allá, ya en el siglo XIX. Son reformas que buscan
hacer funcionar la maquinaria del estado, que se dé un régimen más
mercantilista, menos intervencionista y donde la burguesía va a tener un poder
cada vez más creciente. Se tendrá también influencia de la tradición aprendida
de Luis XIV, que es un absolutismo sólido por el centralismo del poder y que
era un absolutismo más funcional que el de los Austrias desde Felipe III.
Se pueden diferenciar
dos etapas: La primera, estando a la cabeza Felipe V, que son reformas
básicamente administrativas, y la segunda etapa, con Carlos III a la cabeza,
reformas de índole socioeconómica y cultural, destacando la política regalista
y el despotismo ilustrado.
Algunas reformas que
competen a la historia económica son: Un nuevo sistema impositivo más
centralizado. Las dificultades económicas obligarán a la emisión de la deuda
pública con los llamados vales reales apareciendo el Banco de San Carlos en
1782. Se da la supresión de las aduanas internas, aumento de la flota de
protección de las rutas comerciales, proteccionismo de la industria textil para
la prohibición de importaciones de tejidos y la creación de las Reales
Fábricas, que son muy importantes porque se realizaron con el objetivo del
abastecimiento de productos de lujo en la Corte. Pero lo que más se podría
destacar son las reformas borbónicas económicas en América, con el objetivo de
mejorar la explotación de las colonias, un acto colonial que será un factor
importante de la economía. Se había llegado al siglo XVII a un momento de
estancamiento por la disminución de remesas y la situación que atravesaba la
Monarquía Hispánica, y a partir de 1725 será cuando se produzcan todas las
reformas en las colonias americanas. Se busca acabar con la corrupción y las
disfunciones económicas, así como hacer a las colonias más eficientes. Se van a
mandar virreyes a América con una notable preparación. Destaca el pacto
colonial donde la colonia no va a ser como la metrópolis, la colonia es la
encargada de aportar materias primas y mano de obra y la metrópolis se
encargará de producir los productos manufacturados necesarios para enviarlos a
América, ya se daba antes este pacto colonial pero de forma no tan efectiva y
con algunas diferencias. Se busca acabar con el fraude fiscal y la corrupción.
Se decidió crear una serie de puertos para que América pudiera ser proveída
desde varios lugares, algo que hizo romper el monopolio de puerto único, pero
Cádiz será la ciudad que más destaque. La clave era mantener el monopolio y que
ninguna potencia intentase distorsionarlo. Se buscaba al máximo explotar las
materias primas y el comercio ya que se seguía creyendo en el mercantilismo.
También se promovió la creación de compañías de comercio como las de otras
potencias europeas pero sin mucho éxito y se introdujeron los navíos de
registro. Pese a todo esto, y, aunque se logró incrementar el comercio y la
actividad económica, el balance económico seguía siendo negativo, las remesas
volvieron a disminuir ya a finales del siglo XVIII y la monarquía era incapaz
de surtir a América los productos que necesitaba, y el contrabando, pese a
lograr contenerlo durante los primeros momentos, volvió a aumentar y a hacer
estragos y provocó distorsiones en el comercio.
Por tanto, el
reformismo borbónico, por todo lo que se ha ido mencionando, fue crucial para
la historia económica de la Edad Moderna porque rompió con el esquema que se
llevaba manteniendo durante 150 años, y se pudo dar por la coyuntura nacional e
internacional, pero fueron los Borbones quienes estuvieron a la cabeza y tuvo
más luces que sombras, se dieron claros intentos de mejorar la economía y
sanearla, así como de tener una administración más eficiente que pudiera
contribuir a todo esto.
Bibliografía:
- LYNCH, J.: La España del siglo XVIII. Barcelona, Crítica, 2005.
- Apuntes de la asignatura Historia
Moderna de Europa y España II.
Hay un dato que es erróneo: todos los datos apuntan que al menos hasta 1570-1580 se vivió una fase expansiva en la economía peninsular, por lo que "1530" no es correcto. Pensad que el magnífico libro de J. Lynch tiene bastante tiempo de vida, y por ello el autor no ha podido consultar estudios e investigaciones que demuestran sin paliativos que hasta finales del siglo XVI no comienza la crisis del siglo XVII. Y aún esta se está matizando. Ver al respecto el libro de B. Yun, "Marte contra Minerva..."
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